domingo, 20 de noviembre de 2016

Marga Gil Roësset, la niña prodigio

Este verano visité a mis padres en Vitoria y, siempre tan generoso, mi padre me regaló dos libros-tesoro:
-el Manual tipográfico de Bodoni de 1818 (un facsímil que publicó Taschen y que debe pesar 3 kilos...)
-un cuento, Rose des Bois, escrito e ilustrado por las hermanas Roësset.

*He de aclarar que mi padre es bibliógrafo y que colecciona libro antiguo. Y tiene una biblioteca que es la envidia de cualquier amante de los libros... empezando por mí ;-)


















El primer libro lo conocía y lo quería y estaba encantada de que formara parte de mi pequeña colección privada. El segundo lo acepté entusiasta pero sin saber muy bien la joya que me estaba entregando; me contó una historia bastante rápidamente mientras hacía las maletas y yo, interesada pero distraída, me quedé a medias con lo que me decía. Por diversos temas, ambos libros se quedaron unos meses en el coche. Hasta hace un par de semanas.
Tranquila y con dicho cuento en mis manos _gran tamaño de 25x35 cm, papel pergamino, edición de 1921, editorial Plon, en francés_ me dediqué a mirarlo bien, con calma. 





 Al abrirlo, vi un pequeño recorte en el que se presentaba a las autoras, Consuelo y Marga Gil Roësset. Dos jóvenes prodigios. En el recorte leo unas cuantas críticas de diarios de la época en las que comparan la calidad de cuento con los de Perrault, los hermanos Grimm, Dickens o Tagore.
El cuento viene acompañado de 12 dibujos impresionantes.
Al indiscutible valor literario y artístico de Rose des Bois, se suma el hecho de que Consuelo escribe el cuento con 15 años y Marga lo ilustra con 13 años. Sí, sí, increíble.





Eran hijas de un militar y de una gallego-francesa de buena familia. Su madre Margot, al parecer bellísima y muy culta, quiso que sus hijas fueran felices y se dedicaran a lo que quisieran. Tuvieron una educación intelectual y cosmopolita: música, varios idiomas, viajes por el mundo, asistían a espectáculos, etc. Enseguida se percata de que Marga era una superdotada. Con 7 años escribió e ilustró un cuento fantástico para su madre, y a los 12 años publicó sus primeros dibujos. Se concentró en el dibujo y la escultura, siendo una de las primeras españolas en esculpir directamente sobre la piedra. Algunos opinan que Antoine de Saint Exupéry pudo inspirarse en sus ilustraciones para su Principito.





















Pues bien, aparte de descubrir este personaje que ya me tenía cautivada, todavía no hemos llegado a la circunstancia de su vida que la ha hecho célebre, lamentablemente.

Las dos hermanas eran admiradoras de Zenobia Camprubí, traductora de Rabindranath Tagore y la mujer de Juan Ramón Jiménez. Un día en la ópera las presentan a ambos y Marga queda absolutamente prendada del poeta. Los siguientes meses visita con asiduidad la casa del matrimonio pues han acordado que Marga esculpiera unos bustos a la pareja. Durante esas visitas, Marga les lleva frutas, libros, flores, trabaja incansablemente y apenas come; ninguno de los dos se percata de su pasión, y además Marga no quiere disgustar a Zenobia y disimula concentrándose en la escultura. Comprende que su amor es imposible y esto la hace cada vez más infeliz.




El busto de Zenobia se termina. Sus padres le dicen que ahora tiene que hacer un Quijote, que espere la cabeza de Juan Ramón. Y ella no puede, ya no quiere vivir sin él.



Zenobia, a quien no le habían gustado otras esculturas de Marga, no estaba muy entusiasmada ante la idea de los bustos. Luego, quedó encantada con la obra (aquí os adjunto la imagen). Marga Gil le parecía una chica atractiva, pero triste, introvertida, atormentada y con "trágicos ojos sombríos".





Un día, 30 de julio de 1932, Marga les visita y sólo encuentra a Juan Ramón; está nerviosa, lleva una carpeta de papeles; la deja en una mesita y le pide al poeta que espere a leer el contenido.Tras dejarlos, se va corriendo, llorando.
Lamentablemente, pensando que era algún texto para corregir, él no lo lee hasta el día siguiente.

Tarde.

Marga Gil Roësset se suicida ese mismo día en su casa familiar de Las Rozas.

Los papeles que le había confiado eran su diario, 68 páginas escritas a lápiz en los que Marga explica que se ha enamorado de Juan Ramón y que ese amor imposible la tortura. Cuenta con detalle los días en casa del poeta, cómo cada gesto de él, cada roce, cada mirada, provocan en ella un terremoto interno que le produce una angustia infinita, porque es amiga de Zenobia, porque sus padres se llevarían un inmenso disgusto al saber que su niña se había enamorado de un hombre de 50 años, casado, pero sobre todo porque no es correspondida. Porque si lo fuera, dejaría todo por él.
"Me parece que tendré que morirme triste", escribió al saber que su amor no es posible.

Caundo Juan Ramón Jiménez leyó el diario al día siguiente se quedó consternado y petrificado, y el silencio se adueñó de él. Tuvo que pasar tiempo hasta que Juan Ramón dejara a Zenobia esta nota escrita a mano: "Este manuscrito me lo dejó la pobre Marga la mañana del día que se mató. Como yo estaba esa mañana abstraído en mi trabajo y creí que lo que me dejaba Marga era algún poema para que yo se lo repasara, no lo miré ese día. Además, ella me dijo: ‘No lo leas ahora'. No te lo he dado porque creo que es mejor no dártelo. Tampoco puedo romperlo; sentiría como si rompiera a Marga muerta. Puedes leerlo. Pero no varíes de sentimiento por Marga, ni pienses mal de ella". 


La muerte de Marga Gil Roësset fue un duro golpe para Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí, quedaron estupefactos y doloridos ante su suicidio. Pusieron su busto en un lugar preferente de la casa y decidieron mantener viva su memoria. "Acaso te recordaremos, pero nuestro recuerdo será fiel y firme. No te olvidaremos, no te olvidaré nunca. [...] Descansa en paz, en la paz que no supimos darte, Marga bien querida", escribe Juan Ramón tras el entierro.

Podría compartir con vosotros más pensamientos de su diario, pero creedme que son tan tristes......
No hay apenas obras ni imágenes de Marga; antes de morir, destruyó todas las que tuvo a su alcance. Una verdadera pena. Fue una artista total, sensible, de un carácter y talento extraordinarios. Murió con 24 años, por amor al poeta. Lo que hace el amor a veces...
Yo me quedo con mi bella edición de Rose des bois, ahora más orgullosa que nunca de poseer un pedacito del alma de Marga Gil Roësset. Los regalos con historia son incomparables. Os lo enseño encantada si pasáis por casa...



2 comentarios:

  1. Maravillo como siempre Carmen. Siempre compartiendo historias para provocar que irremediablemente vayamos corriendo a buscar el libro, a investigar, a querer saber más...
    Gracias por compartirlo!

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  2. Gracias, mi querida Sandra. Sobre todo, por ser mi lectora fiel, no fallas... te invito a una merienda y te muestro el cuento cuando quieras :-)

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