Me gustaría acompañar el vídeo de un pensamiento que leí hace tiempo en un libro de Herman Hesse:
El comienzo de todo arte es el amor. El valor y la amplitud de todo arte están determinados ante todo por la capacidad de amor del artista. No hay nada más alegre ni regocijante que la belleza y el arte _a saber, cuando estamos tan entregados a la belleza y al arte que nos olvidamos de nosotros mismos y del ardiente pesar del mundo. No es preciso que sea una fuga de Bach, un cuadro de Giorgione; basta una isleta azul en el cielo nublado, el abanico móvil de la cola de una gaviota; bastan los colores del arco iris de una mancha de aceite en el asfalto. Basta con mucho menos.[...] Y si la beatitud de esta felicidad ajena al yo y al mundo sólo puede durar instantes, el milagro de la belleza puede durar horas, días, toda una vida.
Gracias.