La nieve es lo más parecido a la
infancia
cuando la tengo entre mis manos.
La candidez de aquellos años
derritiéndose y colándose, fugaz,
entre mis dedos.
volví a ser
chiquilla de nuevo,
chiquilla de nuevo,
esa estación de la vida
en que amamos
en que amamos
las hojas
del
suelo,
las manos extrañas,
del
suelo,
las manos extrañas,
y ni siquiera
nos preguntamos
por qué demonios somos tan felices…
Porque
no
lo
sabemos.
frío. hielo. temblor.
y, sin embargo, calor en las mejillas
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